420. TEORÍA SOBRE "EL ROMANCERO GITANO" CON EJEMPLOS
Sin duda, es la obra que marca la madurez de Lorca como poeta. Apareció en 1928 y consta de 18 romances de mediana extensión. Los protagonistas de todos estos romances son de etnia gitana y reflejan elementos de su cultura. No obstante, la obra no intenta reflejar de manera realista la vida de este pueblo en aquellos años, sino buscar la belleza y la fuerza de unos personajes que viven fuera de la sociedad normal (la cual aparece representada por la Guardia Civil). Uno de los temas principales es el amor, representado siempre como un deseo pasional y destructivo, casi siempre con un final trágico. Otro de los grandes temas es la muerte, la cual acecha siempre a los personajes. Otro tema fundamental es el de la pequeña sociedad que vive fuera de la gran sociedad, con sus propias reglas. También es importante el tema de la represión y la violencia de la ley.
Métricamente, la obra está compuesta exclusivamente de romances (octosílabos, rima asonante, - a - a, etc.) Los poemas están llenos de palabras simbólicas como la luna y la noche, las navajas, el caballo como representación del deseo y el color verde como símbolo de la muerte. Los poemas narran historias, pero mediante una sucesión aparentemente inconexa de imágenes sorprendentes, metáforas que exigen del lector una gran capacidad de imaginación. Los personajes a veces dialogan entre sí e incluso algunos de las historias están contadas en primera persona.
Ejemplo en el que se ve el tema de la visión mítica de la vida de los gitanos de la época:
Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Ejemplo en el que se ve su estilo brillante, con metáforas inconexas y sorprendentes:
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.
¡Oh!, qué llanura empinada
con veinte soles arriba.
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!