418. TEORÍA BÁSICA SOBRE "CAMPOS DE CASTILLA" DE ANTONIO MACHADO
Suele considerarse la obra más madura y perfecta de nuestro autor. Su primera edición apareció en 1912. En años sucesivos fue añadiendo más poemas a esta colección, hasta alcanzar el centenar. El libro tiene una temática muy distinta al anterior. Lo individual da paso, en gran medida, a lo colectivo. Muchos de los poemas hablan de los problemas de la España de la época, simbolizada en esas zonas rurales de Castilla que había conocido en Soria. Machado ve a una España con poca fuerza de voluntad para mejorar, atrasada e ignorante, demasiado orgullosa para modernizarse. También habla de dos españas enfrentadas: una anclada en el pasado y otra que busca a tientas la forma de ponerse al día. Dentro de la obra, hay un grupo de poemas con características diferentes: los que están dedicados a la muerte de su esposa Leonor. En ellos, el dolor y la tristeza individuales pasan a primer plano.
En cuanto a la forma, el libro tiene características muy diferentes a las de Soledades, galerías y otros poemas. La métrica es variada, tanto con verso largo como corto, con poemas en consonante y en asonante. Las composiciones tienen un lenguaje menos adornado y sentimental. Aparece con menos frecuencia la primera persona, la cual se da sólo en poemas como “Retrato” o en los dedicados a la muerte de Leonor. Se nombra a menudo a Castilla como símbolo de España y su historia, a veces como si fuera un personaje.
Ejemplo de cómo trata el tema de Castilla y España:
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Ejemplo de la España anclada en el pasado (el hombre del casino provinciano):
Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.
Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.
Ejemplo de cómo trata la muerte de Leonor:
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!.