302. PERSONAJES REDONDOS EN LA PROSA DE EL SIGLO DE ORO - TEORÍA EJEMPLIFICADA CON UN EJEMPLO DE "EL LAZARILLO DE TORMES"
Teoría sobre los personajes redondos de la prosa del Siglo de Oro.
- Personajes redondos: en El Lazarillo y El Quijote los personajes tienen una complejidad mayor
que en la literatura medieval (El Cid, los personajes de Berceo, El Conde Lucanor). No es
fácil clasificarlos y pueden presentar características contradictorias. Lázaro de Tormes, por
ejemplo, es principalmente una víctima de la miseria, pero también aprende a engañar y
buscarse la vida con malas artes. Don Quijote alterna la locura con momentos de gran lucidez,
hasta el punto de que no es fácil separar las dos caras. Los personajes además se ven
afectados por los hechos que les van ocurriendo, de tal forma que no son los mismos al
comienzo y al final de las obras.
Ejemplo de un personaje redondo: en "El Lazarillo de Tormes", el protagonista evoluciona. Aquí vemos un momento en el que el personaje, que narra la historia ya adulto, recuerda un momento en el que desapareció su manera inocente de ver la vida.
FRAGMENTO DE "EL LAZARILLO DE TORMES"
Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y, allí puesto, me dijo:
-Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.
Y rió mucho la burla.
Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mí: «Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer».