262. TEXTOS DEL CANTAR DE MIO CID 5 En Valencia estaba el Cid y con él los suyos son y con él sus ambos yernos, los infantes de Carrión. Acostado en un escaño dormía el Campeador. Sabed la mala sorpresa que a todos aconteció: escapóse de su jaula, desatándose, un león. Al saberlo, por la corte un grande miedo cundió. Embrazan sus mantos las gentes del Campeador y rodean el escaño donde duerme su señor. Pero Fernando González, un infante de Carrión, no encontró donde esconderse, ni sala ni torre halló; metióse bajo el escaño, tanto era su pavor. El otro, Diego González por la puerta se salió gritando con grandes voces: "No volveré a ver Carrión". Tras la viga de un lagar metióse con gran pavor, de donde manto y brial todo sucio lo sacó.