153. TEXTO DE PAUL KRUGMAN SOBRE UBER (TEXTO ARGUMENTATIVO)
He estado siguiendo el debate sobre los servicios de coche a través de teléfonos inteligentes como Uber, Lyft y otros, y tengo algunas reflexiones al respecto. Los nuevos servicios de coche compartidos mediante la tecnología serán muy beneficiosos si mucha gente –no solo gente en Manhattan- puede acceder a ellos y evita tener que comprarse un automóvil propio. Y si piensan en ello, pueden ver cómo podría funcionar. Todos nos podemos ver beneficiados de ello.
Ahora mismo, si vives en un lugar sin un transporte público excepcionalmente bueno, es muy difícil arreglárselas sin coche. Es una premisa con la que todos estaremos de acuerdo. En muchos momentos de mi vida profesional, he necesitado obligatoriamente el coche para llegar al trabajo. Pero, si lo piensas, el hecho de tener un coche le supone un gasto bastante considerable a mucha gente. Se ha calculado que supone, al menos, una media de 2.000 euros al año, si incluimos la compra, el consumo de gasolina y el mantenimiento. Es un bien de equipamiento caro que la mayor parte del tiempo no se utiliza; requiere aparcamiento (y a menudo una estructura de aparcamiento) tanto en el origen como en el destino; y requiere mantenimiento y es una gran molestia en general. Por tanto, hay una conclusión clara: unos servicios de conductor fiables y de respuesta rápida podrían liberar a mucha gente de la necesidad de invertir todos esos recursos en algo que solo usa de vez en cuando. Se podrían gastar en otros muchos aspectos de la vida: por ejemplo, viajes, educación, mejor vivienda, etc. Y desde un punto de vista social, reduciría la necesidad de invertir tanto capital en algo que no se usa la mayor parte del tiempo. Un estudio de la Universidad de Harvard ha demostrado que, en la ciudades donde se usa Uber, se ha reducido el gasto en gasolina en un 10%. Podemos compararlo a un servicio de taxi masivo y relativamente barato, como si la ciudad estuviera plagada de ellos.
Por tanto, pueden imaginarse una sociedad que sigue dependiendo principalmente de los coches para desplazarse, pero que logra hacerlo con una cantidad de coches significativamente menor de la que necesitamos actualmente.